La población del mundo ha crecido sustancialmente en el último siglo y los católicos crecieron prácticamente en la misma proporción, pero ha cambiado dramáticamente la distribución de católicos por continente.
Los demonios rara vez se manifiestan como realmente son. Su odio, rabia y el deseo de la condenación eterna de las almas se ocultan detrás de disfraces sutiles y cuidadosamente elegidos.
Hoy en día existe el supuesto de que “todos” van al cielo por defecto y quizás alguno al purgatorio, los más conscientes de sus pecados. La teología del fuego y el azufre ya no está de moda.
Las profecías de Malaquías han sido muy estudiadas por expertos católicos. Aunque no hay acuerdo sobre su veracidad, el texto llevaría a pensar que Benedicto XVI sería el penúltimo papa en la línea habitual, y Francisco el papa del final.