Hoy en día existe el supuesto de que “todos” van al cielo por defecto y quizás alguno al purgatorio, los más conscientes de sus pecados. La teología del fuego y el azufre ya no está de moda.
La incorruptibilidad es el prodigio por el cual el cuerpo de ciertas personas permanece intacto, después de su muerte, durante años y aun siglos, sin haber experimentado una preparación especial.
Los informes de los "visitantes de ultratumba" están lejos de ser un fenómeno reciente, aunque eran más frecuentes antes que predominara la mentalidad racionalista y cientificista en la Iglesia.
Se repite una y otra vez. Quienes tienen una experiencia cercana a la muerte regresan con una óptica cambiada sobre el significado de la vida y los valores.