El mundo musulmán se está convirtiendo en más frágil que el occidental porque está convergiendo rápidamente hacia los mismos problemas de envejecimiento que occidente, pero con una décima parte de su productividad.
Estos predicadores son los que tienen sus mega-iglesias llenas de miles de personas, son los que editan los libros más vendidos que funcionan como comida chatarra espiritual y amasan fortunas “vendiendo” la bendición de Dios.
Hoy vemos los destrozos causados por la ideología de género, la promiscuidad, la cohabitación, el divorcios, etc., y los católicos, especialmente los conservadores, sueñan con una contra revolución sexual, que ponga las cosas en su lugar.
Tanto la Biblia como el Corán mencionan a los "jinn ifrit" (espíritus del diablo) y los jeques también celebran exorcismos, pero muchos de sus fieles acaban recalando en las iglesias coptas, fascinados por la luminosa ceremonia copta y atormentados por el peregrinaje fallido a predicadores y curanderos.
Dicen que "el auténtico Islam" se "opone a toda forma de violencia" y parecen estar proyectando en él las creencias y valores cristianos, cuando la realidad histórica ha sido claramente otra.