La abstinencia absoluta de alimentos sólidos, durante más de unas cuantas semanas, es imposible fisiológicamente, sin embargo hay casos de personas que han sobrevivido durante años comiendo solamente la eucaristía, la hostia consagrada que los católicos creen que se transforma en el cuerpo y la sangre de Jesucristo.
Católicos y Ortodoxos dicen que en cada partícula de la hostia y el vino consagrado está verdaderamente Cristo presente con su cuerpo y con su sangre, y no se trata de un símbolo ni algo figurativo; es Cristo en realidad.