Una de las mejores formas de identificar a un católico o a un protestante, es observando su actitud con respecto al CULTO RELIGIOSO. La presencia de un cuadro, estampa o medallita con una Cruz, una imagen de la Virgen María o de algún santo, identifican a un católico.
Según la tradición, el centurión Longino fue quién clavó la lanza en el Costado de Jesús, traspasándole Su Corazón, del que brotó sangre y agua. (San Marcos 15:29).
La Virgen entregó a San Simón Stock el escapulario carmelita en 1251 y le dijo: “Tú y todos los Carmelitas tendréis el privilegio, que quien muera con él no padecerá el fuego eterno”.
Su veneración a la Virgen María, a San José y a San Francisco de Asís siempre estuvieron teñidas de una carácter místico que le dio el sentido de su vida devota.